Juan Alberto Madile - Pensamientos
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La pregunta que nunca termina

Se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario el Noveno Congreso de Sociología Jurídica. Es una oportunidad adecuada, entonces, para preguntarse:

Se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario el Noveno Congreso de Sociología Jurídica. Es una oportunidad adecuada, entonces, para preguntarse:

¿Por qué una sociología del derecho? ¿para qué la misma? ¿qué razón de ser tiene un congreso de esta disciplina?

La sociología nace del cambio social. Nace por las grandes transformaciones socioculturales que tienen lugar en las sociedades occidentales, en el tránsito del mundo moderno al contemporáneo. Y a su vez ella se aboca al estudio del cambio.Precisamente, estas sociedades en eso se distinguen de las sociedades primitivas que la antropología social y cultural estudia.

Y se ocupa del tema por la necesidad: primero, de su conocimiento; y segundo y en definitiva, para su control y regulación. Lo cual es un tema jurídico.

Sin embargo, no alcanza a ese efecto con el conocimiento teórico del derecho abstracto, sino que hace falta estudiarlo como realidad que éste es y en la realidad que integra. Vale decir, funcionando en esa realidad.

Si atendemos ahora a los grandes cambios de las dos últimas décadas, nos enfrentamos ya no sólo con sociedades de grandes dimensiones que presentan enormes complejidades, sino con procesos que las exceden. Como es la globalización, el que fue uno de los temas centrales de nuestro Congreso. Facilitada por los avances en comunicaciones (vía satelital), por el desarrollo del transporte (a grandes distancias y a gran escala), por la acción de corporaciones multinacionales, en mercados que se integran electrónicamente.

En suma: mayores riesgos y la necesidad de la determinación de la responsabilidad por sus consecuencias.

Lo que es un problema no sólo de regulación jurídica sino también de sociología jurídica, dado el alcance de estos procesos, que exceden los espacios territoriales nacionales, y dada su naturaleza, que se hace preciso conocer.

A su turno, la globalización ha dado paso a los movimientos antiglobalización, que denuncian el accionar de las corporaciones, el aumento de la miseria que los mercados globalizados habrían provocado, los peligros de contaminación ambiental.

Movimientos que frecuentemente tienen alcances que también exceden el espacio de jurisdicción de los países y que además ocurren por fuera de la estructura institucional de los mismos, como fue la cuestión del agro en el segundo trimestre del corriente año en nuestro país en el que, si bien intervinieron instituciones, el proceso las desbordó en importante medida.

Entonces, otra vez, necesidad de su estudio por una ciencia que se ocupe de estos problemas de control y de regulación pero que a la vez sea empíricamente verificable.

Y esto es la sociología jurídica.

Y si decimos mantenimiento del orden social, es que estamos aludiendo a su contrafigura, que es la desviación social; es que estamos preocupados por la disminución de seguridad personal que su aumento provoca; debido acaso, entre otras causas, al debilitamiento de comunidades consistentes, como es la familia, y las inquietudes conexas de los niños y niñas, del derecho en la vida cotidiana en conclusión.

Problemas todos, incluidos en el temario de nuestro Congreso.

Y qué razón de ser tiene este mismo, nos preguntábamos al principio.

La pregunta por la razón de ser de las cosas nació en nuestra cultura occidental, en la Grecia antigua.

Luego fue "la razón de ser" de "la razón de ser". Fue cuando, ya en el mundo moderno, se desarrollara una teoría del conocimiento atenta al conocimiento mismo. Allí se fijaron los alcances de éste y se impuso, para el pensamiento de la realidad, la exigencia de su verificación.

Y hoy es "la razón de ser" de aquel sujeto mismo, que empezara en algún punto de su evolución a formularse preguntas. Esto es: la razón de nosotros mismos, enfrentados a un mundo complejo, imprevisible, y cargado de riesgos.

Punto de llegada que no es más, en verdad, que cumplimiento de aquel punto de partida que nos obligaba ya al conocimiento de nosotros mismos. Sólo que este conocimiento pasa, necesariamente, por el conocimiento de la realidad que vivimos.

Entonces, la razón de ser de este Congreso no fue más que una ocasión de reunirnos que nos permitimos quienes, provistos acaso de  alguna herramienta conceptual, no hacemos otra cosa que continuar formulándonos aquella misma pregunta.

                                                                                      Rosario, diciembre de 2008

                                                                                            Juan Alberto Madile       

Publicación periodística del 8 de diciembre de 2008.                                     



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